jueves, 16 de marzo de 2017

La trampa de las empresas extranjeras que se radican en el país por Juan Perón


Si esta causa de endeudamiento es inaceptable, no lo es menos la forma en que nuestros países son descapitalizados mediante el cuento de la radicación de industrias o establecimientos comerciales. Hay casos realmente inauditos. Los ejemplos lo aclaran todo, solía decir Napoleón. En la República Argentina, el caso del Frigorífico Smithfield es aleccionador; esta empresa se instala en Avellaneda en 1895, trae al país un millón de libras (que al cambio de ese tiempo representaba 11.250.000 pesos moneda nacional) en bienes capital. Luego obtiene hasta cien millones de pesos en préstamos sucesivos del Banco Nación Argentina pero cuando gira sus beneficios anualmente lo hace mediante servicios financieros por una suma que representa el 10 % de su capital total 111.000.000 de pesos, con lo que el primer año repatría capital importado y sigue luego descapitalizando al país a razón de más de 11.000.000 por año.
Casi todas las empresas extranjeras que se radican en nuestros países proceden de forma similar, cuando no recurren a muchas otras maniobras aún más perjudiciales y mediante las cuales se llega a descapitalizaciones incalculables.
Extraído del libro “La Hora de los Pueblos”
Latinoamérica, ahora o nunca
de Juan D. Perón
1968

No hay comentarios:

Publicar un comentario